Si bien es cierto que a la hora de elegir un albergue juvenil, muchas veces nos decantamos de buenas a primeras por el mejor precio, es decir el más barato, hay otras pequeñas situaciones a tener en cuenta para no confundirnos con la decisión.
La ubicación del hostel es fundamental. Por lo general, los albergues que se encuentran en las afueras de la ciudad son más económicos. Sin embargo, no reserves sin pensar primero cuánto dinero necesitarás para trasladarte hasta el casco antiguo. A veces, lo barato sale caro… Antes de elegir el alojamiento, averigua los precios del metro y de los autobuses o calcula bien si podrás hacer a pie la distancia, de ida y vuelta.
Otro factor importante, al menos para mí, al momento de alquilar una habitación es si el hostel tiene o no cocina. ¿Por qué? Muy sencillo: es una buena manera de recortar gastos. Comprar la comida en un supermercado y cocinarla en el albergue, te hará ahorrar unos cuantos billetes. Eso sí, los albergues con cocina suelen ser más caros que los que no la incluyen.
Si eres un fanático de las redes sociales, saber si el hostel dispone de wifi gratis es una pregunta que debes hacer antes de reservar. Ah, y no te olvides de corroborar si el albergue dispone de armarios de seguridad para dejar tus cosas a reparo.
La elección de la clase de habitación (compartida o no) influirá definitivamente en el precio. La primera vez que uno viaja como mochilero suele preocuparse por la seguridad e incluso, por la propia comodidad. Pero si el presupuesto es ajustado, la mejor opción sin duda es coger una habitación compartida (cuanta más gente, más barata la habitación) y con baño fuera del dormitorio. Por supuesto, esta elección tiene algunas desventajas, fácilmente franqueables si uno conoce los 7 consejos básicos para el mochilero.
Como siempre, antes de reservar una habitación de hostel, lo mejor es comparar. Y para ello, nada mejor que visitar nuestras recomendaciones de albergues juveniles.